lunes, 12 de septiembre de 2011

Y al apostar, sólo pueden pasar dos cosas...

Cuando los días que perdemos en el calendario son irrecuperables. Cuando no sabes cómo demostrar que no quieres príncipes de camisa y pelo perfecto. Cuando suena tu despertador a las cuatro y diecisiete y yo desde mi cama sigo escuchado una canción que habla de ti. Cuando tengo ganas de ti que no se quitan ni contigo. Cuando me creo que todo está perdido. Cuando creo que estás perdido por otras bocas y yo sólo me pierdo por la tuya.
Cuando sólo espero que digas todo, nada, o quien sabe si algo que me cambie el mundo. Cuando espero que vuelvas, a 200 Km, a dos calles o a un suspiro. Pero que vuelvas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario