martes, 30 de julio de 2013

No nos queda nada.


Te voy a contar una historia.

''Mira, no es que se odien. O que la indiferencia haya reemplazado al amor. No puedes medir el recíproco afecto entre dos personas por la cantidad de palabras que intercambian. Simplemente no tienen nada en la cabeza. Tal vez incluso, al no tener nada que decirse, se nieguen a hablar por delicadeza.''

De vuelta a las letras

Empezaba a ser irónico que siempre que escribiera fuera porque alguien le había fallado, porque las cosas habían vuelto a cambiar o porque todos se habían puesto en su contra. Y así había vuelto a ser.